Tres jornadas de liga disputadas, y primer parón de selecciones. Hasta 15 jugadores azulgranas se encuentran ya concentrados con sus respectivas selecciones, entre ellos Arthur, Ter Stegen, de Jong, Semedo o Griezmann, a excepción de jugadores como Todibo, Piqué o Arturo Vidal que seguirán entrenando en Barcelona.

Tres jornadas ligueras que se saldan con una derrota, una victoria y un empate, traducido como el peor arranque del FC Barcelona de la última década. Se dice pronto, pero ahora mismo los de Valverde ocupan el octavo lugar en la tabla, a 5 puntos del liderato que posee momentáneamente el Atlético de Madrid en solitario.

Tres partidos parecidos pero distintos, con resultados muy diversos pero poco convincentes que se saldan con tan sólo 4 puntos de 9 posibles. Un arranque inadmisible para un club como el Barça, que no está acostumbrado a cosechar resultados adversos de forma tan continuada como los de este mes de agosto.

Y las bajas no deberían ser excusa, pero son una realidad. Tener a jugadores de la talla de Dembélé, Luis Suárez, o del mismísimo Leo Messi descartados por lesión influye y mucho, pero para eso está el fondo de armario.

Todos los clubes de primer nivel como el Barça deben tener contempladas este tipo de situaciones, con jugadores de recambio capaces de sustituir a titulares y rendir a un nivel parecido para que no se note su ausencia. El mejor ejemplo es Lenglet, que la temporada pasada adquirió el rol de titular por la grave lesión de Umtiti y hizo olvidar casi por completo la presencia del francés hasta el punto de arrebatarle la titularidad y convertirse en fijo junto a Gerard Piqué en el once.

No obstante, la marcha de jugadores de ataque durante este mercado como la de Malcom o Coutinho complicaron esta situación, y Valverde tuvo que arreglárselas para formar una línea de atacantes con cara y ojos. No le funcionó en San Mamés, donde Antoine Griezmann estuvo muy desacertado y Suárez y Dembélé acabaron lesionados.

Los canteranos tuvieron que salir al paso. Carles Pérez, destapado durante la pretemporada con grandes actuaciones como su doblete frente al Nápoles, firmó un enorme partido frente al Real Betis en el Camp Nou anotando su primer gol oficial en el primer equipo. Y cómo olvidar al joven de 16 años que entraba de casualidad en la convocatoria del primer partido de liga en el Camp Nou y acabaría debutando con 15 minutos que causaron sensación.

Era el preludio de lo que ocurriría en El Sadar, un campo muy difícil de asaltar donde el joven Ansu Fati anotaría su primer gol como azulgrana al comienzo de la segunda mitad. Un remate de cabeza de aquellos que no se olvidan, y que el jugador no olvidará jamás.

Pero claro, la falta de experiencia les acabó pasando factura, como es normal, y sus acciones se vieron minimizadas por los jugadores de Osasuna y por la presión asfixiante de la grada. El resultado, otro pinchazo, empate a dos.

No se podría afirmar tampoco que la pólvora culé esté mojada, pero la falta de claridad en el juego junto con las bajas de jugadores importantes en la línea de ataque hace mella. Ahora restan dos semanas de parón de selecciones para despejar la mente y tratar de disipar los graves problemas en el juego pensando ya en el partido frente al Valencia en el Camp Nou del próximo sábado 14. Esto es sólo el comienzo, hay tiempo para recomponerse.

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